03 mayo 2010

La cola del cole

Una de las pocas cosas que nos gustaba cuando empezaba un nuevo curso/trimestre de colegio era ir a comprar el material. Era una de las tareas a realizar el primer día de clase. Llegaba tu profesor o profesora, por supuestísimo Don/Doña y nos obligaba a escribir el material necesario para empezar el curso. También nos advertía de que si llegábamos a alguna clase sin el material adecuado nos castigarían. Como si nosotros fuésemos los que manejásemos el "parné" en casa.
Bueno pues eso, que hoy me he acordado de esos botes de cola que nos obligaban a comprar para hacer caretas, cadenetas y tonterías varias muy apropiadas para celebrar el día de Andalucía, la Constitución o incluso el día de la Madre.
Y me he acordado porque a día de hoy se siguen vendiendo los mismos botes de cola marca Kliel, inconfundibles con su taponcito blanco, ese que siempre quitábamos con los dientes cuando abríamos el bote por segunda vez. Todos sabemos  a que huele y sabe la cola Kliel, todos sabemos lo chulo que era refregarte las manos con ella para cuando se nos secara, quitárnosla de los dedos en plan lagarto de V, porque todos hemos derramado algún botecito de estos en algún lugar que no debíamos, pero que conste que la culpa no era nuestra...
...maldito tapón.

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