08 marzo 2010

Bélicos inocentes

El otro día cavilando sobre temas del pasado, me vino a la cabeza un juguetito mítico y "cabrón" por su fin, los tirachinas manuales.

Este tipo de artefacto era muy sencillo de hacer y entretenido en las horas muertas en la "plasita" sin hacer nada. Sólo hacía falta un trozo de madera alargado de unos 30-50 cm. (cuanto mas largo mas fuerte era "el pepinazo"), dos pinzas de tender la ropa, una goma elástica y dos puntillas. Una de las dos pinzas y la parte metálica era nuestro proyectil, y aunque lo hacíamos para darle a los pájaros y murcielagos no podíamos evitar la tentación de pegarnos balinazos entre nosotros y hacer guerrillas en plan Kosovo, y creanme que un balinazo de estos jodía a saco, era un buen disparador a larga distancia, te dejaba un buen recuerdo en la piel para unos días, putos cafres.

Había mas clases de tirachinas caseros, el mas clásico y rápido de hacer era el que se hacía con la boquilla de una botella de plástico de Coca-Cola y un globo. Lógicamente este no alcanzaba la potencia del otro, no picaba tanto cuando te daba. Era un disparador mas de corta distancia, mas para coger a tu colega por detrás desprevenido y meterle un chinazo donde le pillase, así de cabrón.


Pasaron los años y ya fuimos evolucionando a juguetes mas peligrosos, mas reales aunque ya no eran caseros, las pistolas de aire comprimido. Este tipo de pipas eran una simulación real de pistola, lo que más me flipaba era el cargador de bolitas, lo sacabas por el mango, lo "petabas" de bolitas, lo metías y tirabas del carro que cargaba el primer disparo en plan poli, la leche.
Yo me compré una parecida a esta, 5.000 pesetas recuerdo que me costó, todavía la conservo, y estaba todo el día con ella. Quedaba con un colega y nos íbamos a la calle a pegarnos tiros por el barrio, de locos. Y como siempre, también se nos escapaban tiros al culo del colega a corta distancia, y creanme, esto ya no es un tirachinas, esto te dejaba con la risa floja y el culo dormido para un rato.
Eran pistolas que se atascaban con mucha facilidad, aunque tambien cabe decir que siempre caía en la tentación de meterle bolas de pulseritas y claro, se estropeaba y cada dos por tres a arreglarla.

Os dejo con un video cachondo que simula lo que yo hacía con mis colegas en el cuarto, era tipiquísimo terminar así, estos se reparten tiros y se mean de risa y dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario