02 marzo 2010

HeroQuest

Ya iba siendo hora de hablar de un juego de tablero, y lo voy a hacer a lo grande.                                        

El primer juego de rol en tablero que se jugó en mi barrio y al que mas jugamos mis amigos y yo en plena calle hasta que sacaron al año siguiente el Space Crusade ( un plagio en toda regla pero con un fondo futurista, más tirando a mezcla entre Doom, Alien y Star Wars ).

Era Heroquest, un juego basado en el mundo creado por J.R.R. Tolkien, y para saberlo solo teníamos que ver la caja del juego y sus personajes. Los protagonistas, o mas bien dicho los personajes que podíamos elegir eran estos
El Bárbaro era una especie de Conan, muy de la época por cierto, por el que la gran mayoría se peleaban al empezar a jugar. Creo que la imagen que venía en su ficha ayudaba a ello, ya que con esa edad un tio cortando ogros por la mitad con esa espada nos volvía loquitos.

El Elfo, nada que ver con lo que se imaginan los niños de hoy en día, a los que al decirles la palabra elfo se imaginan a Legolas pegando saltos con su escudo-tabla de windsurf. Tenía una espada muy pequeña y eso no nos hacía ni pizca de gracia.

El enano, el que nadie quería. El que se quedaba con este muñeco era objeto de burla durante todo el juego. No importaba si ganaba, perdía, lo mataban o se quedaba solo. Era un enano y eso era más que suficiente para reirnos del que lo poseiese..

El Mago, era siempre la segunda opción, nos gustaba, podía hacer magia y eso era lo máximo ( siempre detrás claro de cortar ogros por la mitad ), y el caso es que nadie se quejaba del echo de que fuese con unos vaqueros y la parte de arriba de un pijama. De lo único que nos quejábamos es de que llevaba un palo en vez de una espada gigante y eso si que era importante.
Había un librito en el que venían un motón de misiones. En ellas te hacían una pequeña introducción a la misma, pero eso no nos importaba un pimiento, lo importante era poner rápido la escalera y la primera puerta y empezar a tirar los dados. El resto se iba poniendo conforme los muñecos lo iban teniendo a la vista.
Recuerdo que en el libro venían unos mapas en blanco para que nos inventásemos una historia, y también recuerdo que en ella no cabían todas las cosas que traía el juego sin que aquello pareciese una página de Donde está Wally
Había también varios tipos de cartas, las de hechizo, las de enemigos, las de tesoros...




...y todo lo que nos iba sucediendo lo apuntábamos  en nuestra ficha del personaje, en la cual lo más importante era el escudo que nos inventásemos antes de empezar a jugar, ya que dependiendo de eso nuestra reputación con los amigos influiría bastante. Un dibujo feo y jugar con el enano era tener que aguantar chistes de todo tipo durante todo el juego.


Algo muy importante era el malo.
Su nombre original es el Master, que es el que manejaba a los monstruos, el mobiliario, ponía orden en el tablero, impartía "justicia", pero nosotros siempre le llamábamos el malo, y esa era una labor por cojones decreto del dueño del juego. Y como yo era el dueño del mismo, yo era el Master malo.
Y no había discusión alguna.
Mi juego era mio, y el que manejaba el cotarro y se encarga de que los buenos no ganasen nunca era el mismo que tenía el libre poder de inventarse mobiliario en las habitaciones y ponerle trabas y malos delante por doquier a aquel que se estuviese pasando de la raya, o en su defecto no te cayese muy bien.
Muy importante tambien los famosísimos dados.

Dos rojos tradicionales para mover y cuatro con unos dibujos con calaberas, escudos, y otros símbolos que eran para las luchas. La manera de luchar realmente no la recuerdo, pero tampoco era algo que se saliese de lo común en un juego de rol. Los muebles eran prácticamente enteros de cartón al igual que las puertas, aun así estaban muy conseguidas y les daban al juego un alto cache, visto los juegos de tablero de la época.










Los muñecos eran todos de plástico y las figuras estaban muy bien acabadas. Los protagonistas eran rojos y los malos grises, blancos y verdes, aunque los más frikis de esto se encargaban de que esto no fuese así...


Tras el primer Heroquest llegaron otras versiones con ampliaciones, nuevos personajes, objetos, hechizos, pero yo siempre me quedaré con la primera versión. La que tuve, la de el malo contra los buenos, en la que los buenos nunca ganaban.



2 comentarios:

  1. Joder, que recuerdos. Aún lo tengo en el altillo del armario, con alguna que otra pieza perdida pero aún resiste.
    Los fimir, la gárgola (que era chunga la cabrona xD)... la de partidas que me echaba con mi hermano.
    Lagrimilla nostálgica ^^
    Muy bueno el blog!!

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  2. Q recuerdos... Yo tb lo tengo en el trastero....Un dia de estos le echare un vistazo xDD

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