Ese fue un eslogan de la famosísima Cherry Coke que revoluciono nuestros monótonos almuerzos tomando Coca-Cola.
Tal vez triunfó más el anuncio y la canción que la bebida en sí, pues aquí en España se retiró del mercado con gran rapidez.
Era un nuevo sabor con el que los de Coca-Cola intentaban dar un golpe de efecto en cuanto a refrescos, y aunque en muchos paises se sigue vendiendo sin su nombre original, aquí sólo se pueden encontrar en tiendas de productos americanos.
Por lo que se ve aquí somos más clásicos y no queremos probar cosas diferentes.
Las recuerdo perfectamente. Las cosas como son, no estaban malas pero la coca-cola original le daba mil vueltas. El caso es que como no se vendian, para darles salida llegaron a venderse hasta en el kiosko del jardin de mi pueblo (uno de Jaen) por 5 duros la lata. Y claro, por ese precio, a ver quien era el guapo que no se tomaba su latilla diaria..., jajaja, dejamos todo el jardin lleno de latas de Cherry-coke.
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